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Mostrando entradas de octubre, 2011

¡Hogar, dulce hogar!

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Que placer da el volver a casa; es un autentico gustazo bajarte del coche después de conducir 300 km de los 556 que formaron la última etapa de un maravilloso viaje y abrir la puerta del jardín.  Tus ojos se iluminan con rayos y centellas al contemplar como todos los árboles y plantas se han puesto de acuerdo para alfombrarte el suelo de la entrada con hojas, ramas, frutos y todo aquellos despojos muertos que han encontrado, en señal de bienvenida, claro, ¡son tan majos!  Inspiras profundamente mientras sonríes, no pasa nada, la naturaleza te  ha cargado las pilas y te ha dado tanto estos días que no te importa contemplar como tu césped ha ido a la peluquería y se hecho un cambio de look con unas buenas mechas rubias dignas de una crisis de mediana edad.  Al abrir la puerta principal una bofetada de aroma hogareño te hace sentirte... ¡Asqueada!, ¡leñe ¿a que ⚡⚡⚡ huele?!, sigues la brújula de tu olfato que te lleva directamente a la cocina y compruebas que con las prisas de sa

Mi Iphone me pone

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Me gusta abrir los ojos cada mañana con tu voz, mientras se que soportarás con paciencia mi mal humor matutino. El placer frío, que siento con el tacto de tu piel entre mis manos mientras tu, vibras y localizas cobertura. Adoro desayunar contigo wifiando cotilleos; que cuadres mi agenda cual San Marcos, para que no me haga un lío y que pongas en mis manos los periódicos del mundo entero, ¡no sabes la pasta que me ahorro! Ya no podría vivir sin tus chivatazos a mi mente, desde tu llegada a mi vida no hay fiestas, cumpleaños y aniversarios que se me resista; reconozco que desde entonces, mis neuronas parecen más centradas y menos dispersar, aunque tu y yo sabemos que son simples apariencias.  Si me pierdo, no hay problema tu me guías; si no hay luz presto sacas la linterna, iluminas mi camino y si hace falta hasta lo nivelas. Traduces lo que no entiendo, tomas notas, fotos y vídeo; me cantas, le arrancas a mis pies algún baile con tus listas que son mejores que los “40 princ

Después de la pausa, el play así... ...resulta menos duro

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El fin de semana pasado pulsé el botón de pausa y me escape un ratito de mi vida. Di muchas vueltas a la manzana para encontrar un buen sitio donde aparcarla sin que molestara, al final, cacé un hueco  iluminado y  sin mucho tránsito. Dejé al grumete cuidando de la casa y al pirata en la ITV.  Llené una maleta con dos mudas, cepillo de dientes, mini pasta, desodorante tamaño axilas de muñecas, un libro y mi multiuso "Ipone" como cordón umbilical a la realidad.  Hice autoestop en el aeropuerto con la esperanza de pillar una nube molona,  no hubo suerte, me recogió un avión low cost, menos mal que el destino era Canarias. Descabalgué de mi corcel metálico y estrecho cerquita de casa y pedí asilo a mi mami. Aproveché para darme un chute de cariño y una sobredosis familiar en forma de bautizo.  Pasó el tiempo muy deprisa y tras muchos besos, despedidas, nos veremos, ya por Pascuas, de regreso nuevamente a la rutina.  Me ha costado recordar donde había aparcado mi vida me