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Mostrando entradas de abril, 2014

Soy un Orco en el gimnasio

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Levanté la vista y aunque algo nublada pude ver mi reflejo en el espejo, si, ahí estaba yo reencarnada en una gamba, sudando como una tormenta monzónica en pleno apogeo....  ...¿Has visto que fina? ni como un pollo pues su femenino sonaría fatal: ni como una cerda que la verdad, no entiendo muy bien esta expresión popular ya que los pobres animalitos carecen de glándulas sudoríparas, mejor usar una pata que aunque tampoco sudan mucho que digamos, bueno, quizás una pata de cerdo ibérico curado si suda, ¡ea ya estoy pensando en comida! y me desvío... Como te decía ahí estaba yo, sudando a chorros con el pelo pegado como el de una muñeca de guardería y a punto de echar el hígado por la boca, si las gambas tuvieran hígado claro. La verdad es que no tuve tiempo de preocuparme mucho por mi aspecto cuasi agónico ya que cuando mi vista se aclaró un poco y pude enfocar mejor vi que justo delante de mi estaban “Ellas” con sus colas de caballo sin despeinar, sus “eye liner” en perfecto