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Mostrando las entradas etiquetadas como Historias y Cuentos

La Alambrada

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LA ALAMBRADA   Siempre que paseaba por aquel lugar se imagina que habría más allá de esa alambrada, pero su cobardía no le permitía mas que fantasear con saltar al otro lado.  Muchas tarde ideaba meticulosos planes de huída donde detallaba cada punto e incluso alguna ocasión llegó a meter en su mochila esa pequeña cizalla que que había comprado   y guardaba como un tesoro desde hace años. P ero llegado el momento, el miedo se apoderaba de su cuerpo y   se acobardaba. Así que sólo sé permitía soñar con el mundo que habría al otro lado, ese mundo que la atraía como una polilla   a su luz radiante pero al que temía enfrentarse…  Algún día dejaría colgada la cobardía en el perchero y atravesaría la alambrada. Pero...  ...hoy no, mejor mañana.

Se encontraron durante un segundo y se perdieron toda una vida.

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Inspirada en la película "Testament of Youth La algarabía que nos envolvía tenía tintes de desconsuelo, yo llevaba un pañuelo de amargura anudado a mi garganta mientras caminaba me agarraba a ti intentando capturar cada segundo, cada instante, alargarlo para grabarlo en mi memoria pero era imposible, el tiempo galopaba sin miramiento con mi pena por separarnos. Sonó el silbato y la premura invadió el ambiente, nuestros labios se buscaron mientras tus ojos me decían todas las palabras que no pudiste vocalizar, ante la prontitud de la despedida.  Quise eternizar aquel beso y mantenerte entre mis brazos para siempre pero el acomodador me empujó junto al el resto de plañideras fuera del tren dejando nuestro ósculo en suspenso. Me prometiste volver y el destino se carcajeo ante tal promesa.  Ya en el andén aún con tu sabor en mi boca grité tu nombre buscándote a través de las ventanas, al encontrarte agarré tus manos era el momento de decir adiós. Con una sonrisa tacitur...

Un atracón al año a nadie le hace daño...(salvo a mi)

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Aquí estoy un año más agarrado al retrete como si me lo fueran a robar y repitiendo cada vez que el vómito me lo permite mi frase mantra: ¡Más Nunca, Más Nunca, Más Nunca!.. Ella me observa de forma reprobatoria desde la puerta del baño sin hacer el mínimo intento de ayudar. Se que lleva razón pero no lo puedo evitar, todos los años lo vuelvo intentar; el resultado es siempre el mismo: una noche a las carreras en busca de donde poder regurgitar cada pequeño pedazo de cielo del que fui expulsado aquella aciaga noche en la que, tonto de mi,  cambié mi cuerpo por un polvazo, ¡eso si!, he de reconocer que fue el mejor de mi vida, aunque para ser sinceros, también hay que decir que era fácil de conseguir porque en cuestiones de sexo por aquella época era un auténtico pipiolo.   Una nueva arcada me lleva a concentrarme para no perder parte de mi cara con el esfuerzo. Fijo mis ojos en el fondo de la taza, cuando los levanto me niego a mirarla, no pienso dar mi brazo a tor...

Victor el ruso.

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Para ti que diste la idea. Aquella mañana había amanecido demasiado fresca para estar en junio, la canícula se resistía a entrar pero para él, era tremendamente agradable. Llevaba años en España y no terminaba de acostumbrarse al calor de la capital aragonesa durante el verano así que, no le molestaba que retasara su llegada. Tampoco conseguía perder su acento bielorruso por más clases de castellano que tomara, lo intentaba con ahínco pero hablar el “ Fenya ” durante tantos años no le facilitaba mucho las cosas; por ello seguía siendo “Victor el ruso” para todos. No le molestaba, tenía carácter y le gustaba mucho más que Misha como lo llamaban en Moscú.  Recordaba que cuando le contaron que hacía referencia al nombre de un oso le agradó, le iba bien, ciertamente el poseía la fortaleza y poderío de un oso, pero luego descubrió que ese tal Misha había sido el osito de peluche mascota de las olimpiadas y no pudo contener la rabia; rabia que descargo contra todo aquel que se...

¡Y Zas!, ¡deseo concedido!

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Erase que se era hace mucho, mucho tiempo, (así como dos meses no vamos a exagerar tampoco). En una lejana tierra situada en la zona meridional de la península ibérica concretamente en la antigua, digna y bella Hispalis, anteriormente conocida como Isbiliya;  vivía una princesa malvada junto a un pirata bueno y un grumete bribón  en un modesto palacete hipotecado como mandaba la tradición. A la infanta, que era un poco vaga, le gustaba la llegada del invierno, fundamentalmente para holgazanear en el sofá frente a la chimenea saboreando buenos libros.  Solía disfrutar del los pocos días de lluvia que este territorio le brindaba, con regocijo y algarabía; así que no fue de extrañar que al llegar las primeras aguas en febrero exclamara aquello que decía Eliza Doolittle en Pigmalión : “¡La lluvia en Sevilla es una pura maravilla!”. Los días fueron pasando mientras las borrascas se sucedían día si, día también. En marzo el alborozo, dejó paso a la melancólica tris...

El alma al viento...

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De cuando en cuando su alma se desconecta de su cuerpo, aprovechaba el momento en que este se encuentra distraído para escapar cabalgando rauda a lomos de una ráfaga de viento.  Necesita desunirse de su parte material para recargar su fuente de energía más profunda e íntima.  Según en que estación del año o lugar se encuentre pilla una corriente u otra.  En verano, en el Mediterráneo, los vientos cálidos de Levante la impulsan, pero si está en el sureste no le hace ascos a un buen Lebeche.  Si busca un aire seco y caluroso para dejar desnuda su piel trota sobre un Mediodía. Prefiere mantenerse alejada de los bochornos, sirocos y calimas, el polvo del desierto le produce alergias. Sus aires favoritos son Los Alisios, espera con ansias la primavera para poder galopar sobre su corriente constante y vital, le traen sabor a Atlántico y además están cargados de muchísimos recuerdos de sus islas. Al llegar el invierno no desprecia el lomo de un Gregal o un Ci...

Noche de difuntos, en Nuestros cementerios

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 -¡Mira que te lo dije! y eso que no me gusta repetirlo pero: ¡TE LO DIJE! y tu, erre que erre. ¡Pero si nosotros somos muertos españoles!, que lo nuestro es salir el día dos de noviembre para oír rezos y ver procesiones. Si me pones, como mucho, algún susto a los despistados nocturnos que se acercan a la tapia y claro, la Santa Compaña esa, aunque por aquí no se estila mucho será que nos da mucha pereza eso de ir anunciando. -¡ Yo no te obligue a que salieras a buscarme!, te dije que me iba solo para que no te quedaras intranquilo al no verme esta noche en la partida de póquer.  -¿Pero que se te ha perdido a ti en esas fiestas?    - Es que llevo años escuchando a la Mary esa y ya me moría de envidia.  -¿Que Mary? -La del nicho 25 en la zona de los guiris, esa que va contando como en los “Hollowenes” esos se lo pasa tan bien en las fiestas porque nadie se da cuenta de que está muerta. -Pero si apesta y ya no le queda carne ¿como no se...

Reencarnación.

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Al despertar su corazón seguía cabalgando desbocado pero ya no estaba aquella maldita opresión que lo impulsaba hacia su boca para vomitarlo como en una mala digestión, el dolor había desaparecido.  Se preguntó: ¿cuanto tiempo había permanecido inconsciente?; quiso hilvanar los últimos recuerdos pero solo consiguió pequeños flashes, imágenes inconexas que acudían a su memoria dejándole sonidos llenos de llantos, gritos y el cantar de las sirenas.  En cambio, si recordaba nítidamente el sabor, aquel gusto que inundó su paladar; no llegaba a ser salado, tal vez agrio, avinagrado, ¿habría regurgitado al final el corazón?...                  ...no, aún lo sentía palpitar en su pecho además, respiraba, tal vez de forma algo acelerada pero respiraba.  Inhaló y exhaló intentando acompasar el ritmo, no lo consiguió pero a pesar de ello, se sintió bien, descansado, tranquilo, diría que incluso alegre. Abrió los ojos, no veía ...

...Y con esta ya van cien.

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Para ti viajero desconocido  que cada año  mueres de nuevo Su mente se sumergía en aquel sopor placentero en el que anhelaba instalarse permanentemente pero su lucidez, se negaba a marcharse y dejar su cuerpo a merced de aquel insensible aunque plácido destino. Por ello, a ratos le devolvía a la realidad;  era entonces cuando el gélido frío adherido a su cuerpo le recordaba en el lugar en que se encontraba y una mezcla de dolor, miedo, angustia y desesperanza le invitaban al abandono. Los párpados le pesaban como la lápida en la que nunca cincelarían su nombre y un pensamiento irónico le produjo un amago de sonrisa que sus mortecinos labios se negaron a ejecutar. Allí estaba rumbo a ese nuevo mundo, camino de esa nueva vida con la que tanto había soñado y por la que trabajó durante años. Recordó como había conseguido cada chelín y cada penique, las noches en las que contó y recontó las monedas hasta conseguir aquella pequeña fortuna. Como una mañana gris plomiza ...

San Valentín el Día después

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El 15 de febrero, los acontecimientos de la noche anterior galopaba por las redes sociales a la velocidad de un click covirtiéndose en lo más visto y comentado.  Aquel muchacho era el protagonista en todos los periódicos del país y en los noticiarios televisivos no dejaban de emitir una y otra vez su imagen. La acompaban de grandes titulares donde hacían hincapié en como la violencia había conquistado los corazones una juventud griega indignada que, ante la desesperante situación económica y en respuesta a las medidas de contención adoptadas por la Unión Europea, optaba por ella y la exportaba fuera de sus fronteras.  La noche de San Valentin había llegado a Madrid de la manos de un chaval. Un jovencito heleno que con ojos de cielo despejado, faz lechosa y minúsculo cuerpo, pero con una furia propia de los antiguos dioses del Olimpo, se había dedicado a destrozar las vidrieras y los escaparates de todas las tiendas que encontró a su paso.  Él era ya considerado ...

Cromatismo de su vida.

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Con la paleta de color entre sus manos se acercó a él y dejándola en su regazo le espetó:                                                                            "No te quedes ahí, deleitándote en el paisaje que te brindan el balcón de mis pupilas, se valiente y salta al estanque de mis ojos. Profundiza, sondea, explora el horizonte más allá de lo que te ofrezca la vista".                                                                                                                   El, enardecido y os...

Noche de difuntos

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Despertó sobresaltada y fría, se había quedado dormida en el sofá del porche donde le gustaba leer por las tardes. Ahora la oscuridad se había merendado el crepúsculo y la noche ya instalada, comenzaba faena. ¿Cuanto tiempo llevaba dormida, porque nadie la habían despertado?, intentó ver la hora y no pudo distinguir los números de su reloj. Se puso en pie y dio al interruptor de la luz, ¡la lámpara!, seguía fundida y sin cambiar.  Tropezó con la mesa lo que la hizo girarse, petrificada pudo ver como una serie de pequeñas luces se acercaba en comitiva hacia su casa. Un escalofrío le  recorrió la espada instalándose en su nuca, mientras sus oídos ya podían percibir el murmullo de aquella letanía. Era noche de difuntos y a ella se le había olvidado encender las velas.  Intentó correr, escapar, escabullirse sin ser vista, pero ya era tarde. Tres golpes secos sonaron en el portal.  Su cuerpo, negándose a la orden de huida dictada por su mente, acudió dócil a...

En el infierno se juega sucio

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Extendió la crema por su piel mientras la acariciaba lentamente. Resplandecía como si el sol la hubiera arrullado sutilmente, tersa y suave como un melocotón, sin imperfecciones la envidia y el deseo de cualquiera. Sonrió con malicia contemplando su cuerpo lozano, perfecto y pensó, no estaba mal para, ¿como la había llamado?, ah si: “ Torpe vejestorio, beata, antiestética para su compañía ”. Cuando “el jefe” rechazó impúdicamente su oferta plantó en ella el germen de la venganza que para variar, esta vez la tomaría en frío. Estudió el departamento comercial detenidamente y descubrió que la rivalidad en ventas era lo cotidiano. Sus vendedores no mantenían contacto fluido entre ellos, la base de datos de los clientes se guardaban en grandes archivadores obsoletos, sin informatizar debido al calor existente en aquellas oficinas, un auténtico horno. Una delicia para los allí asignados, un auténtico problema para el desarrollo. Le fue muy fácil estafarlos, uno tras otro...

Bicicleta, cuchara, manzana

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Para ellos que aún estando , ya se han ido. Al levantar la vista se topó nuevamente con esos ojos, no había conseguido darle esquinazo, ahí estaba nuevamente esa mujer, la había vuelto a encontrar.  Descubrir su reflejo en el escaparate le produjo un escalofrío que le recorrió la espalda y petrificó su cuerpo prisionero de un miedo aterrador que la anclaba a aquella acera. Desde que la habían capturado, no recordaba cuando, todo era confuso; no sabía el tiempo transcurrido ni donde la había llevado, se encontraba perdida y no entendía nada de lo que sucedía a su alrededor.  Sus captores la torturaban con letanías de palabras sin sentido y pastillas. Eran gente sin rostro salvo ella, esa mujer con ojos marchitos y mirada vacía que se presentaba a diario en su habitación, la controlaba  en cada movimiento, la espiaba, lo  sabía. La había podido ver reflejada en la ventana o  en cada espejo al que miraba, siempre de reojo, no de frente tenía miedo a tro...

Cuernos de cristal

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¡Como que los has roto! ¿Que le has hecho, o dicho? ¿Como ha sido?  ¡No me lo puedo creer hacerme esto a mi, precisamente ahora! un día antes de la reunión.  Pero si en cuanto descubrí que me los habías puesto fui de los más condescendiente, incluso te di las instrucciones adecuadas para conservarlos.  Mira que te lo dije: ¡trátalos con esmero!. Solo tenías que mimar, halagar consentir, no era tan difícil hombre... ¡Pero tu, tu!... No si esto tenía que pasar, lo supe en cuanto me enteré porque desde el principio lo hiciste mal, es que ¿no encontraste un material más resistente?. Yo que se, algo así como marfil, una buena aleación de aluminio, o mejor aún, algún compuesto nuevo tipo Nitruro Bórico de Wurtzita o lonsdaleíta, seguro que con ellos esto no hubiera pasado.  Pero tu nada, a por lo más frágil, así no me han durado ni un asalto, no he tenido tiempo ni de presumir.  Yo que aspiraba a tener unos como los de Micaela, esos si que tiene...