La Alambrada

LA ALAMBRADA Siempre que paseaba por aquel lugar se imagina que habría más allá de esa alambrada, pero su cobardía no le permitía mas que fantasear con saltar al otro lado. Muchas tarde ideaba meticulosos planes de huída donde detallaba cada punto e incluso alguna ocasión llegó a meter en su mochila esa pequeña cizalla que que había comprado y guardaba como un tesoro desde hace años. P ero llegado el momento, el miedo se apoderaba de su cuerpo y se acobardaba. Así que sólo sé permitía soñar con el mundo que habría al otro lado, ese mundo que la atraía como una polilla a su luz radiante pero al que temía enfrentarse… Algún día dejaría colgada la cobardía en el perchero y atravesaría la alambrada. Pero... ...hoy no, mejor mañana.